
Nuevo trimestre, comencemos de nuevo la cuenta, así que partamos de
cero. Pasados ya sol solsticios,
perihelio y algún otro evento, volvamos a ejercitar nuestro órgano principal que después de tanta comilona y fiesta, me temo, no habrá ganado ni un solo gramo.
Centremos pues nuestra atención en las maravillosa sencillez del lenguaje algebraico dejando a un lado las veleidades del lenguaje mundano.
Procedamos como es costumbre siguiendo las siguientes instrucciones: